34 Entonces una nube cubrió el Tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el Tabernáculo.
35 Moisés no podía entrar en el Tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.
36 En todas sus jornadas, cuando la nube se alzaba de encima del Tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha;
37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba,
38 porque la nube de Jehová estaba de día sobre el Tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a la vista de toda la casa de Israel. Así ocurría en todas sus jornadas.