37 Porque han adulterado y hay sangre en sus manos. Han fornicado con sus ídolos, y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos.
38 Aun me hicieron más: contaminaron mi santuario en aquel día y profanaron mis sábados.
39 Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día, para contaminarlo. ¡Y esto lo hicieron en medio de mi Casa!
40 Además, enviaron en busca de hombres que vinieran de lejos, a los cuales había sido enviado un mensajero, y vinieron. Por amor de ellos te lavaste, te pintaste los ojos y te ataviaste con adornos;
41 te sentaste sobre un suntuoso estrado; fue preparada una mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite.
42 Y se oyó allí el bullicio de una multitud que se solazaba con ella; y con los hombres de la gente común había sabeos traídos del desierto; y pusieron pulseras en sus manos y bellas coronas sobre sus cabezas.
43 »Y dije respecto de la envejecida en adulterios: “¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos?