28 Envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que lo viniera a ver en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén.
29 José unció su carro y fue a recibir a Israel, su padre, en Gosén. Al verlo, se echó sobre su cuello, y sobre su cuello lloró largamente.
30 Entonces Israel dijo a José:—Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro y sé que aún vives.
31 Luego José dijo a sus hermanos y a la casa de su padre:—Subiré y lo haré saber al faraón; le diré: “Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí.
32 Los hombres son pastores de ovejas, hombres ganaderos; han traído sus ovejas, sus vacas y todo lo que tenían.”
33 Y cuando el faraón os llame y os pregunte: “¿Cuál es vuestro oficio?”,
34 entonces diréis: “Hombres de ganadería hemos sido nosotros tus siervos, desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres.” Así podréis habitar en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.