24 De los frutos daréis la quinta parte al faraón; las otras cuatro partes serán vuestras, para sembrar las tierras y para vuestra manutención, y también de los que están en vuestras casas, para que coman vuestros niños.
25 Ellos respondieron:—La vida nos has dado. Hallemos gracia a los ojos de nuestro señor, y seamos siervos del faraón.
26 Entonces José puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto que se diera al faraón la quinta parte de las cosechas. Tan solo la tierra de los sacerdotes no pasó a ser del faraón.
27 Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; tomaron posesión de ella, se aumentaron y se multiplicaron en gran manera.
28 Jacob vivió en la tierra de Egipto diecisiete años, y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.
29 Cuando los días de Israel tocaban a su fin, llamó a José, su hijo, y le dijo:—Si he hallado ahora gracia a tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo y que me trates con misericordia y lealtad. Te ruego que no me entierres en Egipto.
30 Cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.—Haré como tú dices —respondió José.