7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
8 Subid al monte, traed madera y reedificad la Casa; yo me complaceré en ella y seré glorificado, ha dicho Jehová.
9 Buscáis mucho, pero halláis poco; lo que guardáis en casa yo lo disiparé con un soplo. ¿Por qué?, dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi Casa está desierta, mientras cada uno de vosotros corre a su propia casa.
10 Por eso los cielos os han negado la lluvia, y la tierra retuvo sus frutos.
11 Yo llamé la sequía sobre esta tierra y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de sus manos.»
12 Entonces Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo oyeron la voz de Jehová, su Dios, y las palabras del profeta Hageo, tal como le había encargado Jehová, su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.
13 Entonces Hageo, el enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: «Yo estoy con vosotros, dice Jehová.»