4 Quizá ha escuchado Jehová, tu Dios, las palabras del copero mayor, al cual el rey de Asiria, su señor, envió para blasfemar contra el Dios vivo; y él lo castigará por las palabras que Jehová, tu Dios, haya escuchado. Eleva, pues, una oración tú por el resto que aún ha quedado.”
5 Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías.
6 Y les dijo Isaías:—Decid a vuestro señor que así ha dicho Jehová: “No temas por las palabras que has oído, con las cuales han blasfemado contra mí los siervos del rey de Asiria.
7 He aquí que yo pondré en él un espíritu, oirá un rumor y se volverá a su tierra; y haré que en su tierra perezca a espada.”
8 Vuelto, pues, el copero mayor, halló al rey de Asiria que combatía contra Libna, porque ya había oído que se había apartado de Laquis.
9 Pero oyó decir de Tirhaca, rey de Etiopía: «He aquí que ha salido para hacerte guerra», y al oírlo envió embajadores a Ezequías, diciéndoles:
10 «Así diréis a Ezequías, rey de Judá: “No te engañe tu Dios, en quien tú confías, diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.’