1 ¡Si rasgaras los cielos y descendierasy ante tu presenciase derritieran los montes,
2 como fuego abrasador de fundiciones,fuego que hace hervir las aguas!Así harías notorio tu nombrea tus enemigosy las naciones temblaríanante tu presencia.
3 Cuando, haciendo cosas terriblescuales nunca hubiéramos esperado,descendiste, se derritieron los montesdelante de ti.
4 Nunca nadie oyó,nunca oídos percibieron ni ojo vioun Dios fuera de ti, que hiciera algopor aquel que en él espera.
5 Saliste al encuentro del que con alegríapracticaba la justicia,de quienes se acordaban de tisegún tus caminos.Pero tú te enojaste porque pecamos,porque en los pecados hemosperseverado largo tiempo.¿Podremos acaso ser salvos?,
6 pues todos nosotros somoscomo cosa impura,todas nuestras justiciascomo trapo de inmundicia.Todos nosotros caímos como las hojasy nuestras maldades nos llevaroncomo el viento.
7 ¡Nadie hay que invoque tu nombre,que se despierte para apoyarse en ti!Por eso escondiste de nosotros tu rostroy nos dejaste marchitaren poder de nuestras maldades.