15 Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová:—Te ruego que nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.
16 El ángel de Jehová respondió a Manoa:—Aunque me detengas, no comeré de tu pan; pero si quieres hacer un holocausto, ofrécelo a Jehová.(Manoa no sabía aún que aquel hombre era el ángel de Jehová.)
17 Entonces preguntó Manoa al ángel de Jehová:—¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?
18 El ángel de Jehová respondió:—¿Por qué preguntas por mi nombre, que es un nombre admirable?
19 Tomó, pues, Manoa un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová. Entonces el ángel hizo un milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.
20 Porque aconteció que cuando la llama subió del altar hacia el cielo, Manoa y su mujer vieron al ángel de Jehová subir en la llama del altar. Entonces se postraron en tierra.
21 Manoa supo entonces que era el ángel de Jehová, pues no se les volvió a aparecer ni a él ni a su mujer.