23 Aod salió al corredor, cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo.
24 Cuando ya había salido, vinieron los siervos del rey, quienes al ver las puertas de la sala cerradas, dijeron:«Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.»
25 Tras mucho esperar, y confusos porque el rey no abría las puertas de la sala, tomaron la llave, abrieron y encontraron a su señor caído en tierra, muerto.
26 Mientras ellos esperaban, Aod escapó y, pasando los ídolos, se puso a salvo en Seirat.
27 Cuando entró en Israel, tocó el cuerno en los montes de Efraín y los hijos de Israel descendieron con él del monte. Entonces Aod se puso al frente de ellos.
28 Y les dijo:«Seguidme, porque Jehová ha entregado a vuestros enemigos moabitas en vuestras manos.»Ellos descendieron en pos de él, le quitaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie.
29 Mataron en aquel tiempo como a diez mil moabitas, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó ni uno.