26 Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda,
27 y con su dedo derecho rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de Jehová.
28 También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima.
29 Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante de Jehová.
30 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según lo que pueda;
31 uno como sacrificio de expiación por el pecado y el otro como holocausto, además de la ofrenda. Así hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.»
32 Ésta es la ley para el que haya tenido llaga de lepra, y no tenga más para su purificación.