1 «¡Ay de mí! porque estoycomo cuando han recogidolos frutos del verano,como cuando han rebuscadodespués de la vendimiay no queda racimo para comer,ni uno de esos frutosque tanto desea mi alma.
2 Faltó el misericordioso de la tierra;no queda entre los hombres ningún justo.Todos acechan en busca de sangre;cada cual tiende una red a su hermano.
3 Para completar la maldad con sus manos,el príncipe demanday el juez juzga por recompensa;el poderoso hablasegún el capricho de su alma,y ellos lo confirman.
4 El mejor de ellos es como el espino,el más recto, como zarzal.El día de tu castigo viene,el que anunciaron tus atalayas;ahora será su confusión.