26 Ahías, Hanán, Anán,
27 Maluc, Harim y Baana.
28 El resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del Templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras para cumplir con la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todos los que tenían comprensión y discernimiento,
29 se reunieron con sus hermanos y sus principales, para declarar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés, siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová, nuestro Señor.
30 Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
31 Asimismo, que si los pueblos de la tierra vinieran a vender mercaderías y comestibles en sábado, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra y perdonaríamos toda deuda.
32 Nos impusimos además la obligación de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro Dios;