36 Pero si alguno piensa que es impropio que a su hija virgen se le pase la edad, y que es necesario casarla, haga lo que quiera, no peca: que se case.
37 Pero el que está firme en su corazón, sin tener compromiso que lo obligue, sino que, dueño de su propia voluntad, ha resuelto en su corazón guardar virgen a su hija, bien hace.
38 De manera que el que la da en casamiento hace bien, pero el que no la da en casamiento hace mejor.
39 La mujer casada está ligada a su marido por la ley mientras él vive; pero si su marido muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
40 Pero, a mi juicio, más dichosa será si se queda así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.