1 Desechad, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda maledicencia,
2 y desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
3 ya que habéis gustado la bondad del Señor.
4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, pero para Dios escogida y preciosa,