6 como Sara obedecía a Abraham, llamándolo señor. De ella habéis venido vosotras a ser hijas, si hacéis el bien sin temer ninguna amenaza.
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
8 En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables.
9 No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición,
10 porque:«El que quiere amar la viday ver días buenos,refrene su lengua de maly sus labios no hablen engaño;
11 apártese del mal y haga el bien;busque la paz y sígala,
12 porque los ojos del Señorestán sobre los justos,y sus oídos atentos a sus oraciones;pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.»