3 pues así seremos hallados vestidos y no desnudos.
4 Asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia, pues no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
5 Pero el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado el Espíritu como garantía.
6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor
7 (porque por fe andamos, no por vista).
8 Pero estamos confiados, y más aún queremos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor.
9 Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables,