15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
16 Pero evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad
17 y su palabra carcomerá como gangrena. Así aconteció con Himeneo y Fileto,
18 que se desviaron de la verdad diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: «Conoce el Señor a los que son suyos» y «Apártese de maldad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.»
20 En una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos son para usos honrosos, y otros para usos comunes.
21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor y dispuesto para toda buena obra.