14 la cual, al reconocer la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.
15 Ellos le dijeron:—¡Estás loca!Pero ella aseguraba que así era.Entonces ellos decían:—¡Es su ángel!
16 Pero Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y lo vieron, se quedaron atónitos.
17 Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callaran, les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y dijo:—Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos.Luego salió y se fue a otro lugar.
18 Cuando se hizo de día, se produjo entre los soldados un alboroto no pequeño sobre qué habría sido de Pedro.
19 Pero Herodes, habiéndolo buscado sin hallarlo, después de interrogar a los guardas ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.
20 Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón, pero ellos, de común acuerdo, se presentaron ante él, y habiendo sobornado a Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey.