17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
18 Algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos discutían con él. Unos decían:—¿Qué querrá decir este palabrero?Y otros:—Parece que es predicador de nuevos dioses.Esto decían porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
19 Lo tomaron y lo trajeron al Areópago, diciendo:—¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?,
20 pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo:—Atenienses, en todo observo que sois muy religiosos,
23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: “Al dios no conocido”. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerlo, es a quien yo os anuncio.