1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al Sumo sacerdote
2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallaba algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajera presos a Jerusalén.
3 Pero, yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente lo rodeó un resplandor de luz del cielo;
4 y cayendo en tierra oyó una voz que le decía:—Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
5 Él dijo:—¿Quién eres, Señor?Y le dijo:—Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.