20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez:—¡Paz a vosotros! Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y al decir esto, sopló y les dijo:—Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos.
24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús se presentó.
25 Le dijeron, pues, los otros discípulos:—¡Hemos visto al Señor!Él les dijo:—Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré.
26 Ocho días después estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, se puso en medio y les dijo:—¡Paz a vosotros!