5 El que denuncia lisonjas á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan.
6 El me ha puesto por parábola de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril.
7 Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra.
8 Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el hipócrita.
9 No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza.
10 Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio.
11 Pasáronse mis días, fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.