44 El rey ordenó al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, a Benaías hijo de Joyadá, y a los cretenses y peleteos, que montaran a Salomón sobre su propia mula,
45 y ellos así lo hicieron, y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungieron con aceite y lo consagraron en Guijón como rey; luego regresaron a la ciudad, y todo el pueblo celebra esto con gran alegría y alboroto. Ésa es la causa del estruendo que aquí se escucha.
46 Pero además, Salomón ya se ha sentado en el trono del reino,
47 y los siervos del rey fueron a nuestro señor, el rey David, diciendo: “Que el Señor conceda al nombre de Salomón más fama que al de Su Majestad, y que dé a su reinado mayor grandeza que al de Su Majestad.” El rey adoró al Señor en su cama,
48 y dijo: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que me ha permitido ver hoy al que ocupará mi trono.”»
49 Cuando los invitados de Adonías escucharon esto, temblando de miedo se levantaron y se fueron a sus casas.
50 Adonías, lleno de miedo por lo que Salomón pudiera hacer, corrió al santuario y se agarró de los cuernos del altar.