15 Hizo que se llevara de nuevo al templo del Señor lo que su padre había consagrado, además del oro, la plata y las alhajas que él mismo dedicó.
16 También hubo guerra entre Asa y Basá, el rey de Israel, mientras ambos vivieron.
17 Basá se enfrentó contra el pueblo de Judá, y mandó fortificar las murallas de Ramá para que nadie pudiera entrar ni salir del reino de Asa.
18 Al ver esto, Asa tomó el oro y la plata que aún quedaban en los tesoros del templo del Señor, junto con los tesoros del palacio real, y los entregó a sus siervos con la orden de que fueran a Damasco, donde estaba el rey Ben Adad de Siria, hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, y le dieran este mensaje:
19 «Te propongo que tú y yo hagamos una alianza, como la que hicieron tu padre y el mío. Aquí tienes un presente de oro y plata. Da por terminado el pacto que tienes con Basá, rey de Israel. Quiero que me deje en paz.»
20 Ben Adad estuvo de acuerdo con Asa, y ordenó a los comandantes de sus ejércitos que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistó Iyón, Dan, Abel Betmacá, y todo el territorio de Cineret y de Neftalí.
21 Y cuando Basá supo esto, dejó de edificar la muralla de Ramá y se quedó en Tirsa.