20 Entonces se levantó a medianoche, tomó a mi hijo, que dormía junto a mí, y lo puso a su lado, y entonces puso al niño muerto junto a mí.
21 En la madrugada, cuando me levanté para darle el pecho a mi hijo, me di cuenta de que estaba muerto; y cuando lo observé bien por la mañana, me di cuenta de que no era mi hijo.»
22 La segunda mujer dijo entonces:«¡El niño vivo es mío; el que está muerto es el tuyo!»Pero la primera mujer insistía:«No, el niño muerto es tu hijo; el mío es el que está vivo.»
23 Entonces el rey dijo:«Una de ustedes afirma que su hijo está vivo, y que el niño muerto es de la otra; y la otra afirma que el niño vivo es el suyo, y que el niño muerto es de la otra.»
24 Entonces el rey dio una orden:«¡Tráiganme una espada!»En cuanto se la llevaron,
25 el rey ordenó:«Traigan al niño vivo, y pártanlo por la mitad, y den una mitad a una, y la otra mitad a la otra.»
26 Entonces la madre del niño vivo, llena de compasión por su hijo, suplicó al rey:«¡Ay, Su Majestad! ¡No lo maten! ¡Que se quede esa mujer con el niño vivo!»Pero la otra dijo:«Ni para ti, ni para mí. ¡Que lo partan por la mitad!»