22 La segunda mujer dijo entonces:«¡El niño vivo es mío; el que está muerto es el tuyo!»Pero la primera mujer insistía:«No, el niño muerto es tu hijo; el mío es el que está vivo.»
23 Entonces el rey dijo:«Una de ustedes afirma que su hijo está vivo, y que el niño muerto es de la otra; y la otra afirma que el niño vivo es el suyo, y que el niño muerto es de la otra.»
24 Entonces el rey dio una orden:«¡Tráiganme una espada!»En cuanto se la llevaron,
25 el rey ordenó:«Traigan al niño vivo, y pártanlo por la mitad, y den una mitad a una, y la otra mitad a la otra.»
26 Entonces la madre del niño vivo, llena de compasión por su hijo, suplicó al rey:«¡Ay, Su Majestad! ¡No lo maten! ¡Que se quede esa mujer con el niño vivo!»Pero la otra dijo:«Ni para ti, ni para mí. ¡Que lo partan por la mitad!»
27 Entonces el rey intervino, y dijo:«Entreguen el niño vivo a esta mujer, que es la verdadera madre.»
28 Y cuando todo el pueblo de Israel supo del juicio que había emitido el rey, sintieron respeto por él, pues se dieron cuenta de que Dios le había dado sabiduría para impartir justicia.