13 Al mando de éstos estaba el ejército, compuesto de trescientos siete mil quinientos guerreros fuertes y valientes, que apoyaban al rey contra sus enemigos.
14 Además, Uzías preparó para todo el ejército escudos, lanzas, yelmos, coseletes, arcos, y hondas para tirar piedras.
15 Construyó en Jerusalén máquinas inventadas por ingenieros, que arrojaban flechas y piedras enormes, y las instaló en las torres y en los baluartes. Y su fama se extendió muy lejos, porque fue ayudado en gran manera, hasta llegar a ser muy poderoso.
16 Pero cuando se hizo fuerte, su corazón se enalteció, y eso fue su ruina, porque se rebeló contra el Señor su Dios y hasta entró en el templo del Señor para quemar incienso en el altar del incienso.
17 Pero el sacerdote Azarías entró tras él, acompañado de ochenta valientes sacerdotes del Señor,
18 y se opusieron al rey Uzías. Le dijeron:«Uzías, el quemar incienso al Señor no te corresponde a ti, sino sólo a los sacerdotes descendientes de Aarón, que han sido consagrados para quemarlo. Sal ahora del santuario, porque has pecado, y delante del Señor Dios eso no te es nada honroso.»
19 Uzías, que tenía en la mano un incensario, se llenó de ira; y fue tanta su ira contra los sacerdotes que, allí en el templo del Señor, delante de los sacerdotes y junto al altar del incienso, le brotó lepra en la frente.