18 Nunca antes, desde los días del profeta Samuel, fue celebrada en Israel una pascua como ésta, ni ningún rey de Israel celebró una pascua como la que celebró el rey Josías con los sacerdotes y levitas, y con todo Judá e Israel, y con los que se hallaban allí, y con los habitantes de Jerusalén.
19 Esta pascua se celebró en el año dieciocho del reinado de Josías.
20 Después de todo esto, y luego de que Josías había reparado el templo del Señor, el rey Necao de Egipto le presentó batalla en Carquemis, a orillas del río Éufrates. Josías salió a su encuentro,
21 pero Necao envió mensajeros a decirle:«¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Judá? Yo no he venido hoy a atacarte, sino que vengo contra la casa que me ha declarado la guerra. Dios me ha dicho que me apresure, así que deja de oponerte a Dios, pues él está de mi parte; no vaya a suceder que él te destruya.»
22 Pero Josías no se retiró ni atendió a las palabras de Necao, que eran de parte de Dios, sino que se disfrazó para presentarle batalla, y se enfrentó a él en el campo de Meguido.
23 Y como los arqueros disparaban sus flechas contra el rey Josías, éste les dijo a sus siervos:«Sáquenme de aquí, que estoy gravemente herido.»
24 Sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en otro carro para llevarlo a Jerusalén, donde murió. Josías fue sepultado en los sepulcros de sus padres, y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por él.