25 ¿Nunca has oído decir que, hace ya mucho tiempo, yo lo hice, y que desde tiempos pasados lo tengo planeado? Ahora lo he realizado, y tú causarás mucha desolación, y reducirás las ciudades fortificadas a montones de escombros.
26 Sus habitantes, impotentes, se acobardaron y quedaron confundidos. ¡Parecían hierba del campo, verdes hortalizas, paja en los techos, seca antes de tiempo!
27 Yo te conozco muy bien; sé cuándo entras y cuándo sales, y también sé cuánto ruges contra mí.
28 Y porque me has desafiado, y porque me he enterado de tu arrogancia, voy a ponerte un gancho en la trompa y un freno en el hocico, y te haré volver por donde viniste.
29 »A ti, Ezequías, te doy esta señal: Este año, y el siguiente, comerán ustedes lo que crezca por sí mismo, pero el tercer año podrán sembrar y segar, y plantar viñas, y comerán lo que ellas produzcan.
30 Y los sobrevivientes de Judá volverán a echar raíces y tendrán muchos hijos.
31 Porque en Jerusalén y en el monte Sión quedará un remanente que se salvará. Esto lo haré yo, el Señor, por mi gran amor.