33 Para que Joacaz no reinara en Jerusalén, el faraón Necao lo encarceló en Ribla, en la provincia de Jamat, y al país le impuso un tributo de tres mil trescientos kilos de plata y treinta y tres kilos de oro.
34 Además, el faraón Necao puso por rey a Eliaquín hijo de Josías en lugar de su padre, y le cambió el nombre por el de Joacín; luego tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, donde murió.
35 Joacín pagó al faraón el tributo de plata y oro, pero para cumplir con este tributo tuvo que imponer al pueblo un impuesto sobre el valor de la tierra que cada uno poseía, y ese dinero se lo dio al faraón Necao.
36 Joacín tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Zebuda hija de Pedaías, y era de Ruma.
37 Pero hizo lo malo a los ojos del Señor, tal y como lo habían hecho sus antepasados.