13 Pero sus criados se le acercaron y le dijeron:«¡Ay, señor! Si el profeta te hubiera mandado hacer algo más impresionante, ¿acaso no lo habrías hecho? ¡Pues con más razón si te ha dicho: “Lávate, y quedarás limpio!”»
14 Namán fue al Jordán y se zambulló siete veces, conforme a la palabra del varón de Dios, y al instante quedó limpio: Su piel se volvió tan suave como la de un niño.
15 Entonces él y toda su compañía volvieron a donde estaba el varón de Dios, y una vez delante de él dijo:«Ahora reconozco que no hay más Dios en toda la tierra, que en Israel. Por favor, acepta algún presente de este siervo tuyo.»
16 Pero Eliseo dijo:«Juro por el Señor, en cuya presencia estoy, que no lo voy a aceptar.»Namán insistía en que Eliseo aceptara alguna cosa, pero él no accedió.
17 Entonces Namán dijo:«Entonces voy a pedirte concedas a este siervo tuyo llevarme de esta tierra la carga de un par de mulas. Porque de aquí en adelante este siervo tuyo no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, sino sólo al Señor.
18 Y anticipadamente pido al Señor perdonar a este siervo suyo si, cuando mi señor el rey entre en el templo de Rimón para adorar allí, y se apoye en mi brazo, yo también llego a inclinarme en ese templo. Si llego a hacerlo, ¡que el Señor me perdone!»
19 Eliseo le dijo que podía irse tranquilo. Y Namán se fue. Pero apenas habría recorrido una distancia de media legua