4 Los gabaonitas le respondieron:«No nos interesan el oro y la plata de Saúl y de su familia, ni tampoco queremos que muera nadie en Israel.»Pero el rey insistió:«Pídanme lo que quieran, y yo se lo daré.»
5 Entonces ellos dijeron:«De ese hombre que quiso destruir a nuestra familia y que pensaba borrarnos de todo Israel,
6 queremos que nos des siete de sus hijos. Queremos ahorcarlos delante del Señor en Gabaa de Saúl, el que fue elegido del Señor.»El rey les dijo:«Los tendrán.»
7 Como David y Jonatán se habían hecho un juramento delante del Señor, el rey perdonó a Mefiboset, el que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl,
8 pero entregó a los gabaonitas a los cinco hijos que Merab hija de Saúl había tenido con Adriel hijo de Barzilay, el mejolatita, y además a Armoni y al otro Mefiboset, que eran los dos hijos que Saúl había tenido con Rispá, la hija de Ayá.
9 En cuanto los gabaonitas recibieron a esos siete varones, los llevaron al monte y delante del Señor los ahorcaron. Esto sucedió durante los primeros días de la cosecha de cebada.
10 Rispá, la hija de Ayá, tomó un cilicio y se acostó sobre él; lo tendió sobre una roca, y allí estuvo acostada, desde el inicio de la cosecha hasta que llegaron las lluvias, vigilando de día y de noche que no se acercaran las aves de rapiña ni las fieras salvajes.