1 También he visto bajo el cielo un mal terrible y muy común entre los hombres:
2 hay gente a la que Dios le da riquezas, bienes y honra, y le cumple todos sus deseos, y nada le falta. Pero Dios no le da la facultad de disfrutar de todo ello, sino que son los extraños quienes lo disfrutan. Y esto es vanidad, y un mal terrible.
3 Porque esa gente podrá engendrar cien hijos, y vivir muchos años, y llegar a una edad muy avanzada, pero si nunca satisface sus deseos, y además se queda sin sepultura, yo digo que a un abortivo le va mejor.
4 Porque el abortivo viene de la nada, se va a las tinieblas, y las tinieblas cubren su nombre;
5 además, nunca verá el sol, ni llegará a conocerlo, y sin embargo tendrá más reposo que esa gente.
6 Y aun si esa gente llegara a vivir dos mil años y no disfrutara de lo bueno, ¿no es verdad que todos van al mismo lugar?