26 y me encontré con que la mujer cuyo corazón es un lazo y una red, y cuyas manos son ligaduras, es más amarga que la muerte. El que agrada a Dios se libra de ella, pero el pecador se vuelve su prisionero.
Leer capítulo completo Eclesiastés 7
Ver Eclesiastés 7:26 en contexto