6 Hatac salió a la plaza de la ciudad para hablar con Mardoqueo, que estaba ante la puerta del rey.
7 Mardoqueo lo puso al tanto de todo lo que le había acontecido, y de la plata que Amán había prometido entregar a los tesoros del rey, a cambio de la destrucción de los judíos.
8 También le dio una copia del decreto que había sido publicado en Susa, que ordenaba que los judíos fueran destruidos, a fin de que se la mostrara a Ester y le encargara presentarse ante el rey para suplicarle e interceder por su pueblo.
9 Hatac volvió y le contó a Ester lo que Mardoqueo le había dicho.
10 Entonces Ester le dio a Hatac este mensaje para Mardoqueo:
11 «Todos los siervos del rey, y los que viven en sus provincias, saben que hay una sola ley para cualquiera que, sin ser llamado por el rey, entre en el patio interior para verlo, y esa ley es la muerte. Sólo se salvará si el rey extiende hacia él o ella su cetro de oro. ¡Pero en estos treinta días yo no he sido llamada para ver al rey!»
12 Cuando le dijeron a Mardoqueo lo que Ester había dicho,