10 También te cubrí con un bordado, te puse las sandalias más finas, y te vestí con telas de lino y de seda.
11 Luego te adorné con alhajas, y te puse brazaletes en los brazos y collares en el cuello.
12 Te puse joyas en la nariz, y aretes en las orejas, y en la cabeza te puse una bella diadema.
13 Quedaste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de finos bordados de lino y de seda; te alimentaste con flor de harina, miel y aceite; fuiste extremadamente embellecida, y hasta llegaste a ser reina.
14 La fama de tu belleza se extendió por todas las naciones. Eras una belleza perfecta, porque yo te embellecí.—Palabra de Dios el Señor.
15 ”Pero confiaste en tu hermosura, y tu fama te llevó a prostituirte. Te entregaste a todo el que pasaba, y le brindaste tus favores.
16 Con tus propios vestidos hiciste altares paganos, y allí te prostituiste. ¡Nunca antes había sucedido algo así, ni jamás sucederá!