14 Te dejaré lisa como una peña; quedarás convertida en un tendedero de redes, y nunca más serás reconstruida, porque yo, el Señor, lo he dicho.»—Palabra de Dios el Señor.
15 Así ha dicho Dios el Señor a Tiro:«Cuando caigas estruendosamente, y griten tus heridos y haya en tus calles una gran matanza, ¡hasta las costas se estremecerán!
16 Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos; se despojarán de sus ropas bordadas y se cubrirán de espanto; y sentados en el suelo se espantarán al verte y temblarán a cada instante.
17 Te cantarán endechas, y te dirán: “Tú, ciudad poblada por gente del mar, ciudad por todos alabada, y cuyos habitantes eran invencibles en el mar e infundían terror a todos los pueblos vecinos, ¿cómo pudiste perecer?
18 Ahora que has caído, las islas se estremecerán. ¡Sí, las islas se espantarán al enterarse de tu caída!”»
19 Así ha dicho Dios el Señor:«Yo te convertiré en una ciudad desierta, en una ciudad deshabitada. Haré que el mar suba hasta ti, y que sus muchas aguas te cubran.
20 Te hundiré hasta lo más profundo de la tierra, te sepultaré con los pueblos de tiempos pasados; quedarás como los desiertos antiguos, como los que descienden al sepulcro, y nunca más volverás a ser habitada ni tendrás esplendor en la tierra de los vivientes.