3 Dile de mi parte: “Yo soy Dios, el Señor, y estoy contra ti, faraón, rey de Egipto, que eres el gran dragón que yace en el lecho de sus ríos. Tú alegas que el río Nilo es tuyo, y que tú lo hiciste.
4 Pero yo voy a clavarte garfios en las quijadas; voy a pegarte en las escamas los peces de tus ríos; voy a sacarte del lecho de tus ríos, y todos los peces que hay en ellos saldrán pegados a tus escamas.
5 Luego, a ti y a todos los peces de tus ríos los arrojaré al desierto, y caerás al suelo y nadie te recogerá ni te enterrará, porque te he entregado a las bestias feroces y a las aves de rapiña, para que te devoren.
6 ”Todos los habitantes de Egipto van a saber que yo soy el Señor, porque todos ellos han sido para Israel un bastón de caña.
7 Cuando pusieron la mano en ti, te quebraste y les rompiste todo el hombro; cuando se apoyaron en ti, te quebraste y les rompiste todo el cuerpo.
8 Por lo tanto yo, Dios el Señor, te digo a ti, Egipto, que voy a castigarte con la espada, y que voy a acabar con tu gente y con tus ganados.
9 Tú, Egipto, alegas que el río Nilo es tuyo, y que tú lo hiciste. Por eso, todo tu país va a quedar desierto y en ruinas. Así sabrán que yo soy el Señor.