9 »¡Ay de ti, que codicias ganancias injustas para tu casa, y que pones en alto tu nido para escaparte del poder del mal!
10 Para vergüenza de tu casa, hiciste planes malvados, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida.
11 Ciertamente, las piedras de los muros clamarán contra ti, y las tablas del enmaderado repetirán el eco.
12 »¡Ay de ti, que edificas la ciudad con sangre, y que la fundas sobre la iniquidad!
13 ¿Acaso no lo ha determinado el Señor de los ejércitos? Los pueblos trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en vano.
14 Porque así como el mar rebosa de agua, también la tierra rebosará con el conocimiento de la gloria del Señor.
15 »¡Ay de ti, que embriagas a tu prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas el odre y lo emborrachas para contemplar su desnudez!