11 Al ver el resplandor de tus saetas,y el brillo de tu deslumbrante lanza,el sol y la luna detienen su marcha.
12 En tu ira, pisoteas la tierra;en tu furor, aplastas a las naciones.
13 Acudes al llamado de tu pueblo,y sales en ayuda de tu ungido.Abates la casa del jefe malvado,y lo dejas desnudo de pies a cabeza.
14 Horadas con sus propios dardosla cabeza de sus guerreros,que arremeten contra mí para que huya,y gozan devorando al pobre que se esconde.
15 Tú cabalgas en el mar con tus caballos,y haces que se agiten las muchas aguas.
16 Al oírte, se estremecen mis entrañas;mis labios tiemblan al escuchar tu voz.El mal me cala hasta los huesos,y en mi interior todo se estremece,pero yo espero confiado el día de la angustia,el día en que será invadidoel pueblo que ahora nos oprime.
17 Aunque todavía no florece la higuera,ni hay uvas en los viñedos,ni hay tampoco aceitunas en los olivos,ni los campos han rendido sus cosechas;aunque no hay ovejas en los redilesni vacas en los corrales,