28 El año en que murió el rey Ajaz tuvo lugar esta profecía:
29 «Filistea, no te alegres del todo por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá un áspid, y de su fruto una serpiente voladora.
30 Los primogénitos de los pobres tendrán pastos para sus rebaños, y la gente pobre dormirá tranquila; pero a tu raíz la haré morir de hambre, y acabaré con lo poco que de ti quede.
31 Ustedes, puertas, ¡griten de dolor! Y tú, ciudad, ¡grita y pide ayuda! Y tú, Filistea, ¡has quedado totalmente deshecha! Del norte viene humo, y en tus asambleas no quedará uno solo.
32 ¿Y qué se dirá a los mensajeros de las naciones? Pues que el Señor puso los fundamentos de Sión, y que allí encontrarán refugio los afligidos de su pueblo.»