6 Yo, el Señor, te lo he dicho: Te llamé cuando eras una mujer abandonada y de espíritu decaído; cuando eras como una joven esposa que ha sido repudiada.
7 Es verdad: te abandoné por un poco de tiempo, pero volveré a recogerte con grandes misericordias.
8 Estaba yo un poco enojado cuando por algún tiempo no quise ni verte; pero volveré a tenerte compasión y misericordia eterna. Lo digo yo, que soy tu Señor y Redentor.
9 »Esto será para mí semejante a los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas del diluvio volverían a cubrir la tierra. Ya he jurado que no volveré a enojarme contra ti, ni te reñiré.
10 Podrán moverse los montes, podrán temblar las colinas, pero mi misericordia jamás se apartará de ti, ni se romperá mi pacto de paz contigo. Lo digo yo, el Señor, quien tiene de ti misericordia.
11 »¡Pobrecita! La tempestad te ha azotado, y nadie te ha brindado consuelo. Pero voy a ponerte por cimientos piedras de carbunclo y de zafiro.
12 Tus ventanas las haré de piedras preciosas, tus puertas serán de piedra de carbunclo, y toda tu muralla será de piedras preciosas.