17 »¡Fíjense bien! ¡Ya estoy creando nuevos cielos y nueva tierra! De los primeros, nadie volverá a acordarse, ni los traerá más a la memoria.
18 Al contrario, ustedes se alegrarán y regocijarán siempre en lo que voy a crear. Estoy por crear una Jerusalén alegre y un pueblo gozoso.
19 Yo me alegraré con Jerusalén; me gozaré con mi pueblo, y nunca más volverán a oírse en ella voces de llanto ni de clamor.
20 No habrá en ella niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no cumplan sus años de vida; los niños morirán a los cien años de vida, y los pecadores que lleguen a vivir cien años serán malditos.
21 Edificarán casas, y las habitarán; plantarán viñas, y comerán las uvas.
22 No volverán a edificar casas para que otro las habite, ni plantarán nada para que otros se coman los frutos. La vida de mi pueblo será semejante a la vida de los árboles; mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos.
23 No trabajarán en vano, ni darán a luz hijos que estén bajo maldición, porque ellos y sus descendientes son un linaje bendecido por el Señor.