4 luego lo adornan con oro y plata, y lo afirman con clavos y martillo para que no se mueva.
5 Se quedan erguidos como una palmera, pero no hablan; ¡y tienen que ser llevados, porque no pueden andar! No tengan temor de ellos, porque no tienen ningún poder, ni para hacer mal ni para hacer bien.»
6 ¡Nada hay semejante a ti, Señor!¡Grande eres tú, y grande tu fama y poder!
7 ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones?Tú eres digno de ser reverenciado,porque no hay ningún sabio ni reyque pueda compararse a ti.
8 Todos ellos son tontos y engreídos;de sus dioses de madera sólo aprenden tonterías.
9 De Tarsis traen planchas de plata,y de Ufaz traen oro refinado;y luego los visten con telas purpúreas.Todo es obra de artífices y fundidores;todo es obra de manos expertas.
10 Pero el Señor es el Dios verdadero;es el Dios de la vida, ¡el Rey eterno!Cuando se enoja, tiembla la tierra;¡no hay nación que resista su furor!