16 Así ha dicho el Señor:«Reprime tu llanto y tus sollozos; seca las lágrimas de tus ojos, porque no has trabajado en vano: tus hijos volverán de ese país enemigo.—Palabra del Señor.
17 »Tus descendientes tienen esperanza; tus hijos volverán a su propia tierra.—Palabra del Señor.
18 »He escuchado a Efraín llorar y lamentarse: “Me azotaste. He sido castigado como un novillo indómito. Pero haz que me vuelva a ti, y a ti me volveré, porque tú eres el Señor, mi Dios.
19 Después de apartarme de ti, me arrepentí; después de reconocer mi falta, me herí en el muslo. Me quedé avergonzado y confundido, porque cargué con la afrenta de mi juventud.”
20 »¡Pero Efraín, tú eres mi hijo más querido! ¡Eres el niño en quien me complazco! Siempre que hablo de ti, lo hago con mucho cariño. Por ti, el corazón se me estremece. Ciertamente tendré de ti misericordia.»—Palabra del Señor.
21 ¡Regresa, virginal Israel! ¡Regresa a tus ciudades por el mismo camino por el que te fuiste! ¡Pon señales y marcas, y fíjate bien cuál es el camino!
22 ¿Hasta cuándo vas a andar errante, mujer contumaz? El Señor ha establecido algo nuevo en la tierra: ¡la mujer corteja al varón!