2 «Así ha dicho el Señor Dios de Israel: “Ve y habla con Sedequías rey de Judá, y dile de mi parte: ‘Yo, el Señor, voy a entregarle esta ciudad al rey de Babilonia, y él le prenderá fuego.
3 Tú no escaparás de sus manos, sino que serás apresado y puesto en sus manos. Tendrás que enfrentarte al rey de Babilonia y hablarás con él cara a cara, y serás llevado a Babilonia.’”
4 Sin embargo, Sedequías rey de Judá, oye mi palabra: “Yo, el Señor, te hago saber que no morirás a filo de espada.
5 Tendrás una muerte tranquila, y se quemarán especias por ti, así como antes se quemaron por tus padres, los reyes que te antecedieron. Se guardará luto por ti, y se dirá: ‘¡Ay, señor!’, porque así lo he dicho.”»—Palabra del Señor.
6 El profeta Jeremías fue a Jerusalén y le repitió todas estas palabras a Sedequías rey de Judá.
7 El ejército del rey de Babilonia se encontraba atacando a Jerusalén, Laquis y Azeca, porque de todas las ciudades fortificadas de Judá sólo éstas habían quedado.
8 La palabra del Señor vino a Jeremías después de que Sedequías hizo un pacto con todo el pueblo en Jerusalén, para dejarlos en libertad