30 Su pecho está cubierto de agudas escamas,y al arrastrarse va abriendo surcos en el fango.
31 Si se lanza al mar, éste hierve,y brotan candentes burbujas de agua.
32 Tras de sí va dejando una brillante estela,¡cabellera de plata se torna la blanca espuma!
33 Nada en la tierra se le puede comparar;es un monstruo que a nada le teme.
34 A los poderosos los mira con desprecio;¡es el rey de todos los soberbios!»