14 La primera de ellas se llamó Yemimá; la segunda, Quesiyá; y la tercera, Queren Hapuc.
15 No había en toda la tierra mujeres tan hermosas como las hijas de Job. Y Job les dio herencia, lo mismo que a sus hermanos, por partes iguales.
16 Job pudo ver a todos sus hijos, y a sus nietos y bisnietos, hasta la cuarta generación, pues llegó a vivir ciento cuarenta años.
17 Cuando Job murió, era ya muy anciano.