5 Los marineros tenían mucho miedo, y cada uno de ellos clamaba a su dios. Entonces echaron al mar los enseres que había en la nave, para deshacerse de ellos. Jonás, en cambio, había bajado al interior de la nave y se había echado a dormir.
6 Así que el patrón de la nave se le acercó y le dijo:«¿Qué te pasa, dormilón? ¡Levántate, y clama a tu Dios! Tal vez tenga compasión de nosotros, y no pereceremos.»
7 Los marineros decían cada uno a sus compañeros:«Vengan, echemos suertes para saber por culpa de quién nos ha sobrevenido este mal.»Y echaron suertes, y la suerte recayó sobre Jonás.
8 Entonces ellos le dijeron:«Dinos ahora por qué nos ha sobrevenido este mal. ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres?»
9 Y él les respondió:«Soy hebreo, y temo al Señor, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra.»
10 Aquellos hombres tuvieron mucho miedo, y le dijeron:«¿Por qué has hecho esto?»Y como sabían que Jonás huía de la presencia del Señor, pues él mismo se lo había dicho,
11 le dijeron:«¿Qué haremos contigo para que el mar se calme?»Y como el mar se iba embraveciendo más y más,