3 Yo te ruego, Señor, que me quites la vida. ¡Prefiero la muerte a la vida!»
4 Y el Señor le dijo:«¿Te parece bien enojarte tanto?»
5 Entonces Jonás salió de la ciudad y acampó en la parte oriental de la ciudad; allí se hizo una enramada y se sentó bajo su sombra, esperando a ver lo que sucedería en la ciudad.
6 Dios, el Señor, preparó una enredadera para que creciera por encima de Jonás y le hiciera sombra sobre la cabeza, y le quitara el malestar. Jonás se alegró en gran manera por la enredadera.
7 Pero al día siguiente, al llegar el alba, Dios dispuso que un gusano dañara la enredadera, y ésta se marchitó.
8 Además, Dios dispuso que al salir el sol soplara un fuerte viento solano, y el sol le dio a Jonás en la cabeza. Éste casi se desmayaba, y hasta deseaba morirse. Decía: «Mejor me sería morir que seguir viviendo.»
9 Entonces Dios le dijo a Jonás:«¿Tanto enojo te causa lo que le pasó a la enredadera?»Y él respondió:«Es tanto el enojo que me causa, ¡que hasta quisiera morirme!»